sábado, 28 de noviembre de 2009

Mariana Álvarez Rodríguez. “TV y Mentira = verdad absoluta”.

Mariana Álvarez Rodríguez.

“TV y Mentira = verdad absoluta”.

2/10/09

“Es la retina del ojo de la mente igual a una pantalla de TV”

Definitivamente la híper realidad considerada como una realidad alterna, idealizada pero falsa, ya no existe, todo lo que sucede aparente o mentalmente ocurre porque es verdad. Es este asunto lo que me inquieta y me lleva a averiguar los conflictos entre las realidades.

Durante este análisis me apoyaré en algunas formulas que obtuve de la película de Cronenberg VIDEODROME:

Realidades televisivas= realidades absolutas

(RT = RA)

Imàgen estática = imàgen en movimiento

(IE = IM)

La imagen estática es la que se nos muestra a través de una pantalla de televisión. La imagen en movimiento es o son la continuación de la imagen(es) estática(s), es decir que la imagen estática da la pauta para generar nuevas imágenes mediante la mente del individuo receptor.

Al ver Videodrome y obtener los puntos anteriores, me da una oportunidad para valorar ciertas afirmaciones derivadas de dicho film relacionándolas con lo que consideramos vida real, además surgieron en mí una serie de cuestionamientos:

¿Todo lo que aparece en la pantalla emerge como experiencia viva para quienes la ven?, ¿esas imágenes ficticias más que híper reales son la concentración de verdades absurdas? O ¿al igual que las palabras, las imágenes se vuelven reales desde el momento en el que las concibes?

De manera simple resolveré tales dudas en función a la película ya mencionada y a mi percepción.

Me atrevo a afirmar que todo lo que observamos dentro de una pantalla, sin importar el género al que pertenezca (novela, noticias, película, etc.) son experiencias dirigidas pero vivas al fin y al cabo para quienes las ven, pues sin importar su veracidad, son capaces de despertar sensaciones, ideas y conciencia en los espectadores, lo que posteriormente se convertirá en recuerdos archivados en la memoria, para revivirse una y otra vez al ser narrados o sólo recordados por éstos.

Sin dudad alguna el ser humano acostumbra reprimir sus verdaderos deseos (como lo ejemplifica Cronenberg en Videodrome) se frustra por no poder desenvolverse plenamente por miedo al rechazo o que se yo, es por ello que se refugia en programas televisivos, imágenes, que en cierto sentido lo estimulan y muestran un porcentaje de lo que desearía ser y hacer, por tal motivo, las telenovelas o películas pese a su contenido absurdo ( en la mayoría de los casos) son aceptadas, ya que es inevitable que ciertos sujetos se sientan identificados con los personajes que aparecen en dichos programas.

Normalmente criticamos la oferta televisiva porque nos atrofia el cerebro, pero ciertamente es una fuente inmediata de vivencias consecutivas, que ofrece realidades diversas, pues por muy increíbles que se vean las escenas, son verdaderas, alguien tuvo que generar la idea, otros más actuarla y otros grabarla y proyectarla para que aquellos que las reciban se apropien de dicha información y abstraigan conceptos o elementos simples para decodificarlos en su cerebro y generar nueva información (su información). Basta que se conciban ideas mentales para fomentar imágenes reales listas para depositarse en otro instrumento de difusión o simplemente para adjuntarse en la biblioteca cerebral de los individuos.

Actualmente esta sociedad se ve inmersa en una rutina que impide que los sujetos tengan tiempo para hacer aquello que siempre han querido, el televisor lo único que hace es brindar la oportunidad al espectador de vivir sin tener que apartarse de la pantalla, siendo objetivos, hoy en día, aquí y ahora mismo, las personas detestan actuar realmente y buscan otros medios para sentir que son y que hacen, finalmente todos los actos quedan en el pasado y se transforman en meros recuerdos, esbozos de lo que ya sucedió, aunque en repetidas ocasiones (desde el enfoque Cronenberg), son tan rápidas nuestras vivencias que omitimos e inventamos detalles para completar recuerdos que consideramos necesarios y al confundirnos entre lo que paso realmente y lo que no, preferimos homogeneizar tales planos invisibles y hacerlos fidedignos, que más da si sucedió o no, total, no es una novedad el hecho de que si dices mentiras una y otra vez repitiendo el mismo discurso, terminarás por creerlas y éstas se volverán verdades inminentes para ti y los demás.

Mariana Álvarez Rodríguez.

“Híper realidad como falsa fe”

Agosto 2008.

Resultaría simple decir que la híper realidad genera un juego infinito de verdades subjetivas, manipula tu mente de una manera un tanto cómica porque sobre todo lo que concibes física y conceptualmente, establece un dilema conflictivo “Lo que es…es…pero no es”. Lo anterior no hace más que divertirte, ciertamente cada elemento que constituye tu realidad aparente ocupa un papel importante en lo que dentro de esta híper realidad considero la “falsa fe” que Sartre promulga en sus tratados existencialistas, si recordamos, esta sostiene que la mayoría de los acontecimientos de las personas son sólo producto de su imaginación anhelante, ya que el subconsciente en realidad (según mi percepción sobre este tema), muy pocas veces o mejor dicho, casi nunca, estas historias mentales se vuelven ciertas, lo cual es lógico ya que cada día nos relacionamos con infinidad de personas y es difícil sincronizar los pensamientos de todos para lograr que se desarrollen en tiempo y espacio nuestras fantasías. La razón por la que he hecho una pausa en el párrafo anterior es porque definitivamente la híper realidad se semeja a la falsa fe, por lo que plantearé un ejemplo a partir de un elemento que en los últimos años ha adquirido una relevancia sorprendente entre los mortales y que incluso los ha enajenado a tal grado de hacerlos casi dependientes absolutos y esto sólo porque para ir al baño no se ha inventado algo que evite la transportación del cuerpo y la vejiga hasta la taza del sanitario.

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