sábado, 28 de noviembre de 2009

Beatriz del Carmen Ruíz Veloz, “La confianza a través del cartel…”

Beatriz del Carmen Ruíz Veloz, “La confianza a través del cartel…”

Hace varios días ya, que había notado en la calle durante el pequeño transcurso de mi casa, hacia otros lugares y así también en el regreso, bastante gente irradiada de ruido, pero no sólo el ruido al hablar, gritar o gesticular algo, sino el propio ruido visual, que bombardea atacando con color, forma, tonos, tamaño, signos distintos, etc. todo lo que en mi ciudad al igual que en otras ya también había encontrado los mismos síntomas.

La gran carga visual o ruido, nos ha llevado a desinteresarnos por una comunicación pacifica, enredando tanto las palabras que a veces se pierde por completo el contexto si uno mismo no se acopla a las circunstancias.

Sin embargo a medida de estos cambios también la sociedad se tiene que adaptar rápidamente y a veces es tan apresurada esta evolución, que no nos percatamos de cómo esta ocurriendo.

Tal como me ocurrió a mí al mirar estas imágenes por primera vez, pues pueden parecer comunes y corrientes comparadas con otras que tienen la misma forma, no culpo el porque no nos detenemos a revisar sigilosamente cada oración en cada aviso o cada cartel que vemos; entiendo que la propia gente de cada ciudad va de prisa cada segundo e irremediablemente evade ese ruido que satura más a la masa.

Pienso que de alguna manera se vuelve cada vez más difícil para los diseñadores, publicistas o mercadólogos por ejemplo, o quizá algo no tan comercial quizá hasta para quienes sólo quieren emitir alguna información, la contaminación visual es grandísima que a veces este tipo de anuncios no sobresale. Quizá se vuelve algo triste pero no imposible.

Sobretodo que existe el ingenio de las personas que económicamente no se defienden, pero si creativamente en el uso de las palabras, que hasta determinado punto se vuelven amenas con el público y se pierde la formalidad ética que fue indispensable para nuestros padres.

Encontrando pues este tipo de material (para mi estudio visual); creo que no es tan triste el abandono y desinterés en los carteles o medios publicitarios; puesto que hasta cierto punto tanto quien transmite ese mensaje, no sólo busca llamar la atención o rebasar el limite de visión con varios elementos gráficos, sino que usa un contexto personalizado y además directamente familiar para alcanzar su objetivo, que es alentado o desanimado en el momento de esa lectura.

En mi diverso paseo por mi y las ciudades me propuse ser más analítica y conseguir que transmitieran ese sentido; así pues encontré demasiadas imágenes por supuesto, aunque no fue fácil, escogí las más representativas y me pude dar cuenta que es interesante en cuanto a su composición ingeniosa para acercarte y sin estar tan dirigido a mí puesto que yo no lo buscaba en ese momento, por lo menos se especula el agrado o desagrado que entra con tanta fuerza hasta pensar que es alguien conocido al que puedes entregar esa confianza.

Es tanto el modo de confiabilidad que parece ser que un cartel es un amigo y puedes sentirte acompañado, quizá se borre la idea de ser tan individualista e importe más una unión social estrecha y compartida.

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