sábado, 28 de noviembre de 2009

Ariadna Rapozo Castro ”La apariencia como finalidad. Finalidad ingenua, pero igual funciona”.

Ariadna Rapozo Castro

Estudios Visuales

”La apariencia como finalidad. Finalidad ingenua, pero igual funciona”.

El análisis que manifiesto es: quizá para algunos, un método (ya adoptado); para otros, una opción; para algunos otros, algo ajeno; para mí, una manera de ayudar a los oyentes a decidir su posición.

Encontrarnos en el ambiente artístico y adoptar una posición (un rol) es algo básico y elemental, ni siquiera es necesario estar concientes de esto para encontrarnos clasificados, descritos y evidenciados.

Independientemente de localizarnos ya en el catálogo y aún mejor, saber en donde nos encontramos y hacia donde lo dirigimos (identificarnos), podemos tachar juicios externos y continuar desinteresadamente por el buen camino del arte, es decir, cualquier manifestación sincera y personal relacionada con las variadas disciplinas y ocupaciones, ESTANDO CONCIENTES que es un arduo camino, de difícil incursión, demasiada competencia y un entorno social que requiere más que nada respiros visuales (de fácil digestión).

Un empujón fácil para alcanzar el reconocimiento y después lo que desees expresar vendrá con sus respectivos espectadores. Pero cuidado porque igual funciona.

Las apariencias son el resultado de una combinación de elementos que conforman al personaje ideal en una sociedad, abarcando diversos aspectos, por ejemplo, físicos, sociales, culturales, etc. Lo más común refiriéndonos a la época y a la interacción del individuo con ella, en ella y con otros individuos, es pensar directamente en una apariencia conformada por la imagen.

Actualmente adquirir imágenes de diferentes medios es muy sencillo, simplemente inevitable. La mayoría de las actividades cotidianas emplean aparatos de emisión o recepción de imágenes. Trabajamos con la imagen. Trabajamos la imagen. Hasta el lenguaje y la comunicación son la imagen.

Después de la pequeña introducción, llega el momento de presentar interés e invocar la iniciativa.

Existen ejemplos evidentes de los que podemos observar las diferentes adaptaciones y versiones de un “sujeto aparente”, podría ser de gran ayuda un análisis extra.

La diferencia entre dicho “sujeto aparente” y nuestro oyente, es que quizá el primero ignore o, simultáneamente, le tenga sin cuidado ser producto de la imaginería ajena sin finalidad u objetivo alguno; en cambio nuestro oyente tiene compromiso consigo mismo, y para cumplirlo le proponemos llevar la apariencia al extremo. Es necesario mencionar que nuestro individuo aparente gozará de ventajas frente al entorno en el que convive, pues sus actividades y actitudes serán concientes y en beneficio del objetivo final.

Evidente que las expresiones artísticas son resultado de un contexto, social, cultural, etc. incluyendo las experiencias personales del autor. Si nuestro oyente lleva la “esencia del aparente” al extremo, entonces adquirirá experiencias que no son propias, experiencias de otros (experiencias desconocidas, de dudosa procedencia, con probabilidad de ser falsas, de no ser etc.). Entonces se redefinen las circunstancias que conforman una pieza artística.

Éxito social – situarse en un círculo – felicidad personal – aceptación , auto aceptación .

Método práctico.

El sistema en el que vivimos es, por naturaleza, defectuoso y con Mentiras continuas.

Aprovechar el defecto del ser aparente.

Todo es apariencia. ÉL que se sabe aparente tendrá ventajas.

Adopción de situaciones ajenas.

Priorizar e identificar objetivos personales.

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